Rodolfo «Fito» Noya un defensa que supo deleitar con su zurda prodigiosa
CARACAS – En el siglo pasado, a consecuencia de los diversos conflictos bélicos que se vivían en el viejo continente muchos europeos emprendieron otros rumbos. En los años 40, muchos españoles escapaban de su país por la Guerra Civil, hecho que fue reflejado por Pablo Picasso con sus pinceles en su Guernica.
En esa oleada de ibéricos que huían de los horrores de la guerra llegaría Rodolfo “Fito” Noya. En su natal España, mientras hizo el servicio militar estuvo con el Club Huesca de la Segunda División. Cuando llegó a Venezuela comenzó a trabajar en el Colegio San Ignacio de Loyola como coordinador de trasporte.
Estando en el colegio, es contactado por Triki Azpirichaga que tenía referencias suyas por los curas decide ficharlo para el Loyola Fútbol Club. Estando con los blanquirrojos coincide con estrellas de la época como: Cojito Rodríguez II, Cesar “El Flaco” Díaz, Freddy Brand, Monterola, José Douglas Vidal, Sabara, Carlos Eduardo Gómez y su hermano Luis Noya.
Según las crónicas de la época, Rodolfo “Fito” Noya era un zurdo que no solo poseía un excelente tiro podía jugar de lateral y de mediocampista. En su estancia con el Loyola Fútbol Club se convirtió en uno de los pernos del equipo ganando un Campeonato de Liga de la 1era Categoría. Gracias a sus optimas performance con los loyoltarras entró en los radares de la selección nacional.
Con la Vinotinto jugaría los Juegos Bolivaranos de 1951 que se realizaron entre el 5 y 16 de diciembre de 1951 en el estadio Olímpico de la UCV. En ese torneo, nuestra selección nacional obtuvo dos victorias (4-1 ante Ecuador y Panamá), un empate (2-2 con Perú) y una derrota (1-2 con Colombia). Gracias a esta actuación la vinotinto obtuvo la medalla de plata detrás de la selección cafetera y delante de la peruana.
En el Torneo Ibérico, defendió los colores del Celta y Deportivo Vasco con el que ganó un título. A finales de los ’50, cuando es fundada la Liga Mayor es contratado por La Salle profesional, allí compartió con históricos de nuestro fútbol como lo fueron Otero, el Cholo Tovar, Hely Olivares, el Machetero Benítez Cáceres entre otros.
“Fito” Noya participó y anotó goles en torneos irternacionales que se realizaron en nuestro país donde nos visitaron clubes como Valencia, Barcelona y Napoli. Con la Salle disputó dos temporadas antes de pasar a integrar las filas del Estudiantes de Caracas, un club que sustituyó al Loyola en el fútbol profesional. Con este último cerraría su carrera como futbolista profesional. En los años 50, época en la que Rodolfo “Fito” Noya nos deleitaba con su zurda de oro, uno de los juegos que más morbo tenía era el “clásico” Loyola-La Salle. Según nos relata el cronista de la página de deportes de la época, en una oportunidad los protagonistas de una reyerta en el terreno de juego fueron Noya (por el Loyola) y Alí “cholito” Tovar. Ambos eran los jugadores más representativos de sus clubes y fueron expulsados por la actitud antideportiva. Luego por casualidades del destino, Noya volvería a enfundarse la camiseta de La Salle y teniendo como compañero de equipo a su ex rival en la golpiza que se convertiría en su amigo. En aquella época, La Salle siempre contaba con buenos jugadores foráneos. Luego de colgar los botines como futbolista profesional siguió haciendo lo que más le gustaba: perseguir a la pecosa y acariciarla con sus guayos. Claro lo hacía con el Loyola de veteranos. En 1963, emigra a la ciudad de Valencia por cuestiones de trabajo ya que es contratado por Seguros Carabobo como gerente de la región. Estando en la ciudad industrial de Venezuela comienza a jugar con el equipo de veteranos del Hogar Hispano. Allí también comienza su carrera como dirigente, en 1964 se convierte junto con varios empresarios en uno de los fundadores del Valencia Fútbol Club. Con el club de la ciudad industrial llegó a ser directivo hasta ocupar la silla de presidente. Su huella, no solo quedó en el Valencia Futbol Club sino también en la fundación de la Hermandad Gallega de Valencia, estuvo vinculado a la Federación Venezolana de Ciclismo (llevó a varios equipos de Carabobo a diversas competencias), organizó algunos torneos de golf y fue directivo de los Navegantes del Magallanes. Luego de su retiro de Seguros Carabobo regresa a la capital a mediados de los noventa donde junto a su hermano Oscar asumen la gerencia de ventas de Calzados Alción. Fuera del ámbito deportivo y gerencial Rodolfo “Fito” Noya se caso con Olga Vandervelde con la que tuvo 7 hijos. Entre sus hijos destacan Francisco Noya (director de la orquesta en la ciudad de Albany en New York), Miguel Noya (músico electrónico) y Jorge Noya (ligado al mundo del golf). Esto demuestra que es una familia vinculada no solo al deporte sino a la cultura. Como anécdota tenemos, que “Fito” conoce a la que se convertiría en su esposa luego de un juego de fútbol. Olga era de la barra del Loyola y su amigo José Ángel Douglas Vidal los presentaría. Jornadas después, cupido haría de las suyas nuevamente en un campo de fútbol, en esta oportunidad, sería para unir a Douglas Vidal y Violeta Noya (hermana de Fito) con la cual contrajo nupcias.
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Fioravante De Simone