Relato personal de Cheche Vidal sobre la lucha por la dignidad del jugador de Fútbol Profesional Venezolano.
El pasado 24 de Febrero del 2014 se jugó una extraña e histórica jornada del Fútbol Profesional Venezolano.
Por un lado, los jugadores causaron una especie de terremoto futbolístico al ejecutar su histórica primera acción como gremio unido, al pedir la postergación de la Jornada de Juegos por seguridad, y decidir no jugar cuando la Federación ignoro su reclamo.
En respuesta a tal acción, la Federación y los Directivos de los clubes respondieron con una serie de medidas, acusaciones y amenazas laborales que condujeron a una especie de Tsunami futbolístico que arrasaría con el Fútbol Profesional. (Para información relativa al suceso recomiendo el siguiente articulo: Así se jugó la polémica fecha de Venezuela – Via Goal.com)
Debido a la sorprendente demanda de información y opinión que se me ha pedido al respecto, desarrollé el presente articulo con la esperanza que el mismo sirva de referencia histórica, aunque personal, de mis nexos con la lucha por lograr para lograr que la Asociación Única de Futbolistas Profesionales de Venezuela (AUFPV) sea una realidad, y dejar claro mi opinión sobre lo sucedido este pasado fin de semana en el fútbol de Venezuela.
Mi primer retiro del Fútbol Profesional de Venezuela
Han pasado mas de 30 años desde que la mediocre realidad gerencial de nuestro fútbol arrancara de golpe mis sueños de ser el mejor futbolista posible para mi país, y que ese golpe transformara esos sueños en una lucha personal por la dignidad del futbolista Venezolano.
En ese entonces, tenia apenas 18 años, la temporada anterior, mi primera temporada oficial, había sido elegido como Futbolista Profesional del Año (1979) y hasta había sido nominado para Atleta del Año en el País.
Al terminar la temporada, me tocaba sentarme con los directivos del club para negociar el contrato para la temporada siguiente. En aquella época, no había agentes, ni representantes que negociaran por uno. Uno lo hacia solo, a pesar de lo joven, inexperto o ignorante que fuéramos en el tema.
Sabía que me merecía un aumento, y mi estrategia fue fijar el piso de la negociación en algo comparable con los que le pagaban a los Jugadores extranjeros. Ya había hablado con varios de ellos, sobre todo con mis compañeros brasileños, quienes se asombraban de lo poco que en ese entonces uno ganaba, y me decían que lo mínimo que debería ganar era lo que ellos ganaban.
Me fui a la reunión con el Presidente del Club convencido de que mi trabajo valía mas que lo que me pagaban. Apenas comencé a sentarme en la silla que tenia frente del Presidente del Club, cuando el Presidente me preguntó: “Cuales son tus aspiraciones Cheché?”.
“Quisiera que me pagara lo que le pagan a un jugador extranjero” alcancé a contestarle. El Presidente del club soltó una sonrisa y me dijo, quizás sin querer ser despectivo: “En Venezuela nunca se le pagara al Jugador Venezolano lo que se le paga al Jugador Extranjero”.
Aquella respuesta me dejó ensordecido. Hasta el día de hoy hace ruido en mi cabeza. Mi inocencia de adolescente no me dejaba creer que en el País de uno, uno no valiera lo que valía un jugador extranjero. Especialmente para uno, que había crecido viendo y escuchando historias de futbolistas Venezolanos, como lo fue mi Padre, y muchos de mis héroes futbolistas que vi jugar desde que era niño.
Guardé silencio para ordenar lo que pensaba y lo que sentía. Quería poder responderle con algo de cordura. Pero también sabia que con esa postura no había espacio para negociar nada digno para mi. Apenas me acababa de sentar, pero mi instinto me hizo pararme de aquella silla, y mientras la ponía de vuelta en su lugar, al otro lado de la mesa del Presidente, le dije: “Entonces me iré a otro País para que me paguen como extranjero, por lo que me dice, es la única manera que me paguen lo que merezco como Venezolano.”
Aquel evento hizo que abriera mis ojos a una realidad sobre el futbol de mi país la cual ya no podía seguir ignorando y que quería cambiar. Sentí que de seguir jugando sin hacer algo por mejorar aquella situación, solo ratificaba y validaba esa indigna visión que se tenia del futbolista Venezolano como algo aceptable para mi, y para el resto de los futbolistas Venezolanos.
Mi primer ¨exilio¨
Inspirado quizás por el lema “Fórmate y Lucha”, del movimiento de la Universidad Simón Bolívar, donde también estudiaba, decidí que el camino para poder seguir mi carrera como futbolista tenia que incluir alguna forma la educación que me permitiera luchar para mejorar la profesión en mi País. Así que decidí aceptar la única oferta que me permitía estudiar mientras jugaba, para entonces, el desconocido fútbol universitario de Estados Unidos.
Escoger esa ruta significó también sacrificar aspiraciones deportivas que estaban a mi alcance. Ya había sido internacional varias veces, y en todas las categorías de la Vinotinto. Definitivamente ese paso significó mi renuncia a la Selección Profesional. A partir de ese momento, solo acepte los llamados de la selección Olímpica de Venezuela.
Mi segundo retiro del Fútbol Profesional de Venezuela
Ya graduado, después de una carrera en el Fútbol Universitario de Estados Unidos, donde fuí elegido varias veces al equipo de estrellas de la máxima liga Universitaria, decidí retomar la carrera de Futbolista Profesional. Para ese momento venía recuperándome de una infortunada lesión que dificultó oportunidades de seguir mi carrera en Europa. Sin embargo, el reto de comenzar un nuevo capitulo como jugador profesional en mi país me atraía mucho, pues con una experiencia y educación sentía podía ayudar al fútbol de mi país.
Así que acepté una oferta de mi antiguo y único Club profesional, el Deportivo Italia, y me vine de vuelta al País. Entre las condiciones que puse, además de un pago digno, pedí jugar con la mayoría de jugadores Venezolanos posible, reforzado por jugadores extranjeros de excelente calidad.
La temporada comenzó y aquel Deportivo Italia amasó un historial de victorias y empates que lo mantenía invicto, luchando por el campeonato. Sin embargo, aquel recorrido victorioso del equipo en la cancha, no era correspondido fuera de ella. A mitad de temporada, el club nos debía varios meses de sueldos y correspondientes premios.
Pasaron los meses, y llegamos en el primer lugar a la etapa crucial del campeonato, una especie de Play off final. Ante el poco caso que le hacían a nuestros pedidos formales de pago, y a ante el hecho de que no había ninguna organización que nos pudiera ayudar a reclamar nuestro pago, tome la decisión personal de informar a la prensa de lo que sucedía, de manera de presionar para que nos pagaran.
Apenas salió la noticia en la prensa, para mi sorpresa, el entrenador llamo a una reunión en el camerino. Como si los culpables de aquella situación fuésemos nosotros, pidió que dijéramos quien fue el que informo a la prensa. Una vez aclarado fui yo quien lo hizo, el entrenador paso a darnos una explicación de cómo es que el jugador de fútbol en Venezuela tenia que estar por encima de esos acontecimientos, pero no como si nosotros estuviésemos haciendo algo importante a pesar de las circunstancias, no, era mas como si los directivos hacían lo que podían, y que “así era el fútbol Venezolano”.
Al salir de la sesión se dio por terminado el entrenamiento, y uno de los jugadores, amigo y hermano de vida, me agarro y me dijo: “Ché, como puedes poner esa presión a los directivos? No te das cuenta que aquí nos pagan casi hasta por caridad?”.
“Tu puede que juegues por la caridad de los directivos.” Le conteste enseguida. “ Pero Yo no. Yo soy un Jugador Profesional, y no juego aquí por la caridad de ningún directivo. Estamos de primeros en la liga de Fútbol Profesional, no la amateur, y no acepto que nos traten de esa manera.”
En la siguiente jornada, despedíamos a uno de nuestros compañeros, otro gran amigo y hermano, quien se iba a jugar al exterior. Justo antes de que el árbitro diera comienzo del partido, me le acerqué a el y le dije, este partido es tu despedida, y la mía. Ya no jugaré mas al fútbol en estas condiciones.”
Así me retiré por segunda, y definitiva vez, del Fútbol Profesional Venezolano. Nunca me pagaron lo que me quedaron debiendo por aquella ultima temporada de mi carrera. Pero aquella ruda despedida quedo plasmada en una entrevista que me hiciera el maestro Cristóbal Guerra, y cuyo titulo, “Al Fútbol Criollo deberían dejarlo morir para que vuelva a nacer como una empresa”, todavía se escucha resonando por los pasillos de los estadios de nuestro fútbol, 30 años después de pronunciarlo.
Mi segundo ¨exilio¨ y el nacimiento de la Asociación
A partir de ese momento me radique en el exterior, pero comencé una carrera vinculada al deporte internacional a otra escala profesional que me permitió seguir muy de cerca la ruda realidad de nuestro futbol y la de mis compañeros del balón.
Con el tiempo, hacia los finales de la década de los 80, cuando la mayoría de mis compañeros pasaban al retiro, viajé a Venezuela y junto a un grupo de ex-futbolistas de varias generaciones, unimos esfuerzos para fundar la actual Asociación Única de Futbolistas Profesionales de Venezuela.
Años mas tarde, una vez terminado mi compromiso con el Mundial de Estados Unidos, y atendiendo otras responsabilidades en el fútbol mundial que tenia en ese entonces, viajaba al País con la mayor frecuencia que podía para apoyar a mis compañeros fundadores de la Asociación, en recorridos por todo el país para intentar convencer a los todos los jugadores Profesionales del Venezuela de la necesidad de unirse al Gremio.
Los dirigentes Federativos de entonces, que son los mismos que tenemos aun hoy, se ocuparon de torpedear todo esfuerzo de aquella incipiente Asociación que luchaba por ganar la aceptación de los Jugadores activos y su asociación al Gremio..
Ante aquella situación, y sobre todo, la desigual lucha impuesta por la Federación en contra de la Asociación, la mayoría de los que fundamos la Asociación tomamos la lucha a otro nivel, y nos decantamos por fundar otra organización para luchar por los cambios del fútbol nacional: Fútbol Mejor.
Durante los años de vida y lucha de Fútbol Mejor, la asociación de Futbolistas quedó reducida a su mínima expresión.
Para comienzos de este siglo, esa lucha que comenzó Fútbol Mejor, las victorias de la Vinotinto, y otros cambios del País, generaron un súbito y descontrolado interés comercial por el fútbol nacional que deslumbró a todos, y que hizo palidecer cualquier esfuerzo por fortalecer la unión de jugadores alrededor del Gremio.
La Asociación se reinventa y cambia de ruta
Desilusionados, la mayoría de los fundadores de la Asociación se retiran de ese tipo de actividades, y una nueva camada de ex-jugadores tomaron las riendas de la Asociación. Esta nueva camada estaba liderada por los ex jugadores Mon Lopez, y Timshel Tabares, este ultimo también abogado, e hijo además de uno de los mejores futbolistas Uruguayos venidos al país, y dirigen a la Asociación por la ruta del reconocimiento Federativo.
Si bien esa ruta le interesaba mas a la Federación, que siempre ha practicado la política de absorber a todo individuo u organización que le ofrezca resistencia en el fútbol para así poder controlarla, con el tiempo, esa institucionalidad “Federativa” de la Asociación, contribuyó a conectar con los Jugadores activos para que estos se hicieran parte activa del gremio.
En tiempos recientes, la Asociación logra un reconocimiento internacional muy importante que legitima aun mas su naturaleza organizativa como Gremio: el de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro). Este reconocimiento internacional realza aun mas el reconocimiento de los jugadores por la Asociación y dinamiza de manera definitiva la activación de los Jugadores activos de la Asociación.
La crisis que gradúa a la Asociación como Gremio
Toda esta historia alcanza su momento cumbre la pasada semana, cuando todos los jugadores profesionales autorizan a la Asociación como su representante gremial ante las autoridades deportivas, y decidieron de manera consensuada no jugar la jornada para evitar cualquier desgracia debido a los peligros a los que se veían expuestos si jugaban.
Lo cierto es que los antecedentes que describían una inestabilidad que implicaba la necesaria consideración de la seguridad en los recintos deportivos son evidentes. Para muestra solo hay que revisar lo sucedido en la Jornada anterior, en el Estadio Pueblo Nuevo, en San Cristóbal, cuando el Club Deportivo Táchira pidió suspender su encuentro de la jornada 6 contra el Deportivo Venezuela, como precaución por la violencia que se vivía en las Calles de San Cristóbal.
Ante la negación de la Federación de considerar el pedido del Club, ese encuentro se termino jugando a puerta cerrada porque el Club no podía garantizar la seguridad del publico. Aquel encuentro culmino con los jugadores no solo jugando sin publico, razón de su trabajo, sino además escuchando los retumbes de manifestaciones que eran reducidas con bombas lacrimógenas en las afueras del estadio. Uno días mas tarde, el Caracas FC tuvo que jugar un partido reprogramado de la jornada 5 sin publico por las mismas razones.
Basado en esas experiencias y el incremento de las protestas en todo el territorio del país, la Asociación, con un histórico apoyo de la mayoría de los jugadores, pidió postergar la Jornada 7 por la seguridad de su gremio.
Esta medida fue negada por la Federación y la Asociación, en lo que fue una decisión de la mayoría de los Jugadores en forma consensuada, acordó que los Jugadores no podían presentarse a los encuentros para resguardar la seguridad de sus agremiados.
La respuesta de la Federación fue negar la petición de los jugadores y les ordeno jugar, aun a pesar de su preocupación. Pero además, aun y cuando la Federación había suspendido la competición oficial de los jugadores de las categorías juveniles por seguridad, paradogicamente permitió que los clubes utilizaran a estos jugadores como reemplazos de los jugadores profesionales.
Con el apoyo de la Federación, los Clubes amenazaron con una ola de represalias en contra de los jugadores que, de haber sido concretadas, hubiese significado un Tsunami laboral sin precedentes en nuestro deporte.
Del Tsunami laboral a las inverosímiles acusaciones de política partidista
A ese tsunami de amenazas laborales, hay que sumarle una vil campaña de política partidista que se realizó para amedrentar aun mas a los jugadores, y al joven liderazgo de la Asociación, quienes nunca esgrimieron argumento de política partidista, y solo pedían que se respetara la seguridad y los derechos deportivos de sus agremiados, de sus fanáticos, y la del espectáculo deportivo, que al final de todo, es la razón de su vida como jugadores profesionales que son.
Es significativo recalcar que estas injustas acusaciones de política partidista en contra de los jugadores la hicieron una mayoría de directivos recién allegados al fútbol, quienes en su mayoría desempeñan también cargos políticos en el gobierno de turno, y en un claro gesto de doble moral, pretendieron callar las voces de una generación de jugadores que se unieron para pedir condiciones iguales para todos, sin dilucidar sus diferencias ideológicas.
En lo personal, no creo que ninguno de estos recién allegados directivos puedan sostener un debate profundo sobre la diferencia entre política partidista y política deportiva, y considero que este es un signo mas de cómo la gestión federativa ha permitido la infiltración de los intereses de la política partidista en la gestión deportiva del fútbol. Todo esto establece un peligroso precedente que debe ser analizado por los organismos deportivos internacionales correspondientes.
Mi análisis de la situación y mis sugerencias
Lo cierto es que los noveles dirigentes de la Asociación, ante una inmensa presión, enviaron un apresurado Comunicado Oficial informando a todos que se había decidido jugar la siguiente Jornada de Partidos.
Enviar un comunicado oficial al publico, sin haber consultado antes a sus agremiados, especialmente cuando esta era la primera vez que la Asociación defendía públicamente los derechos de todos lo Jugadores, fue un grave error.
Pero también es racional suponer que ese comunicado fuese enviado súbitamente como una posible condición “sine qua non” exigida por las autoridades, para que, a cambio, las autoridades procedieran a detener también súbitamente todas las duras represalias con las que hasta ese momento amenazaban a los jugadores.
Con un poco mas de la sabiduría que da la experiencia en estos casos, los lideres de la Asociación quizás hubiesen podido negociar algo de tiempo, unas 24 a 48 horas, el necesario para informar de la situación a sus agremiados y reafirmar el apoyo real de los jugadores, apoyo que hasta ese momento parecía unánime, y que les hubiese dado la confianza para enviar el comunicado o saber que juntos podían establecer otras soluciones igual de convincentes al comunicado.
Lo cierto es que lo hecho, hecho está, y no queda otra que construir sobre lo hecho. Si bien entiendo la frustración de los jugadores activos, que en su mayoría sintió traicionada su confianza, también entiendo la buena intención de los jóvenes lideres de la Asociación, que creo actuaron de buena fe para defender los derechos de sus agremiados.
Por eso, pienso que los Jugadores no deben permitir que este momento histórico para nuestro fútbol se convierta en otro ejemplo de los problemas que no permiten que nuestro fútbol mejore, y que en este caso, queden Uds. en la historia como co-protagonistas.
Por eso les sugiero, que transformen esa frustración por lo ocurrido en amor por el Gremio, háganlo suyo, luchen por el, y no permitan, mas nunca, que ninguna decisión en su nombre vaya sin la aprobación de una mayoría representativa de todos.
Entiendan que los lideres que tienen hoy son ex Jugadores, que sienten como nadie lo que sienten los jugadores activos, y que están ahí porque sufrieron en carne propia lo que Uds. sufren hoy, y han demostrado sacrificio para ayudar a conformar la Asociación y por ayudar a mejorar la profesión.
Pero además, entiendan que estos lideres son circunstanciales, que ellos también aspiran a que Uds. se activen, que se responsabilicen por su Gremio, y hasta que se conviertan en el nuevo liderazgo que los sustituya para hacerlo mejor.
Recuerden además que la dinámica de lo que están viviendo seguirá su curso, que las represalias con las que Uds. fueron amenazados estos días, y que no se dieron, quedaran en el ambiente, y solo podrán ser contrarrestadas en el futuro desde un Gremio Unido.
Nuestro fútbol mejorara con un Gremio solido, y unido. Esa es la única historia que deben ayudar construir con su esfuerzo nuestros jugadores.
Mi ultimo llamado es para aquellos jugadores Venezolanos que jueguen en el extranjero, sobre todo a aquellos jugadores seleccionados a representar a Venezuela con nuestra Vinotinto, para que sean ellos los primeros en respaldar a la Asociación en la lucha por la dignificación del Gremio en el País.