La crisis de los equipos del Futve1 No es casualidad, sino Causalidad
Ricardo Cabrera
Cuando estamos a menos de diez días del oficialmente anunciado inicio del Torneo 2023 de la primera división del fútbol profesional venezolano, la llamada Liga Futve1, no es casualidad el predicamento por el que están atravesando varios de los equipos más antiguos del rentado, como son Estudiantes de Mérida, Mineros de Guayana, Deportivo Lara y hasta el propio conjunto UCV, que no dan señales de vida, ni siquiera han iniciado pretemporada en la mayoría de los casos, y a pesar de que hace semanas que están en el mercado, buscando comprador, no se ha concretado absolutamente nada, claro, de manera oficial, porque rumores ruedan y ruedan sin cesar.
A todo esto se agrega el hecho de que, siguiendo el mismo estilo del cuerpo técnico de la vinotinto que encabeza Pekerman, de no tratar con la prensa, y no dar declaraciones de ningún tipo, salvo a la prensa oficial cuando les da la gana, o a la del exterior cuando lo solicitan, en estos clubes mencionados no hay una cabeza visible que responsablemente saque la cara y diga qué pasa, castigando injustamente a la poca o mucha afición que tiene cada uno de estos clubes, a vivir en la angustia sin saber si deben para esta temporada comprarse o no otra camiseta porque su club desaparece.
Nos llamó la atención ver en este portal de Balonazos.com dos notas de colegas que al igual que este servidor lo hizo en días pasados por acá mismo, lanzan su voz de alarma por la escasa o nula información oficial que hay del equipo de su región, o los supuestos nuevos dueños y sus planes.
Tal es el caso del amigo Rodrigo Malagón Forero, comentando lo poco que se sabe del futuro de Mineros de Guayana y lo poco que le importa a los que hoy lo manejan, sus cuarenta años de historia, mucho menos el futuro de sus categorías menores.
En lo segundo es donde menos debería preocuparse, porque al igual como ocurre en Mérida y en todo el país, aunque las canteras “pertenezcan” a clubes históricos del fútbol profesional, o lleven su nombre, estamos seguros que los que patrocinaron mayoritariamente esas canteras fueron los padres y representantes de esos niños y jóvenes, como ocurrió en Mérida, y si depende de esos padres y representantes, las categorías menores seguirán compitiendo en su asociación, y será mucho más fácil o menos costoso, pues ahora no tendrán que pasar por la locura de viajar cada fin de semana a un torneo inter-regional. Esos padres y madres harán ese esfuerzo, porque quieren lo mejor para sus hijos.
También nos sorprendió la nota del colega Luis Alonzo Paz al referirse a Deportivo Lara, por la similitud que con los casos de Mineros de Guayana y Estudiantes de Mérida, sin nadie que suministre información oficial, o de la cara de manera responsable y diga qué está pasando con el club crepuscular, salvo algunos supuestos mensajes vía redes sociales, que no son creíbles porque no tienen fuentes fidedignas.
En cuanto a Estudiantes de Mérida, hasta un pancartazo pusieron en práctica algunos aficionados en una esquina muy transitada de la ciudad de Mérida el pasado sábado, exigiendo información oficial y menos rumores, porque hasta ahora, salvo un comunicado hace más de un mes, no ha habido ni un solo pronunciamiento oficial de parte de los actuales propietarios del equipo rojiblanco, en cada programa de radio o cada rincón de twitter, instagram o cualquier otra red social, hay decenas, por no decir centenas de versiones, pero ninguna es positiva, ya que hasta el día de hoy 23 de enero, el equipo no tiene absolutamente nada claro, no hay nuevos dueños, no hay plantilla confirmada, ni cuerpo técnico, no se ha pagado ni un centavo a jugadores, personal técnico y administrativo del millón 200 mil dólares que se dice debe el club, y en síntesis no hay nada de nada, solo que ahora es la Federación Venezolana de Fútbol (¿?) la que debe aprobar o desaprobar, -como dicen que hizo con los últimos interesados en adquirir el club-, a quienes serán los nuevos dueños del rojiblanco, y hasta hacer contactos para buscar nuevos interesados, algo que afirmaban en medios radiales, y que no nos cabe en la cabeza.
Del equipo UCV no podemos aportar nada, porque nada se sabe a ciencia cierta, y ni siquiera falsas informaciones o “Fake news” hay.
¿Casualidad o “causalidad”?
Escuchando y viendo todo esto que está pasando con algunos clubes (porque hay otros millonarios que se van a hacer pretemporada a Colombia, o que ya tienen dos meses preparándose y pagando sueldos, con apoyo gubernamental o buena gerencia), uno se pone a investigar y a atar cabos, y se da cuenta que la temporada pasada dejó en la carraplana a muchos clubes que aún no han podido levantarse de nuevo.
Y es que esas disposiciones que impuso la Federación para la temporada pasada, y que además fueron aprobadas por los directivos de la Liga, sin siquiera hacer un estudio del impacto económico que eso causaría, fueron las que llevaron a los equipos a endeudarse terriblemente.
No se puede llevar a los equipos a convertirse en verdaderos clubes de un día para otro, y obligarlos a que deban tener todos y cada uno de ellos, sean de primera o de segunda no solo cuatro categorías menores, sino también un equipo femenino y un equipo de reservas, todos ellos teniendo que realizar torneos nacionales o regionales, saliendo cada semana a jugar fuera, con lo que eso implica en logística y gastos de transporte, alojamiento y alimentación. Eso arruinó a los clubes.
Pero la Federación les prometió que iba a aportar a cada club cientos de miles de dólares, con lo que supuestamente podrían costear toda esta locura de temporada, si mal no recordamos 400 mil dólares a cada club de primera, y 20 mil a cada uno de segunda, (lo que sacando cuentas no alcanza), pero pasaban los meses, los equipos se endeudaban y nada de nada, hasta que de tanto pedir los clubes y amenazar con no asistir a las competencias, apenas les dieron la mitad de lo que habían prometido, con lo que poco pudieron hacer los equipos.
En el caso de Estudiantes a todo esto se sumó la muerte imprevista de su presidente, y la poca efectividad que han tenido los que quedaron al frente del club, para seguir adelante, dejando acumular las deudas que ya todos conocen.
De manera que no es casualidad lo que atraviesan hoy en día los clubes ya nombrados, y tampoco es casualidad que no encuentren nuevos compradores, o quien quiera encargarse de pagar deudas, porque esta temporada 2023 se avisora igual, de muchas deudas para los clubes si se sigue con esta modalidad de obligarlos a que tengan y sostengan 6 equipos más, entre categorías menores, equipo femenino y equipo de reservas, sin contar que cada club también debe hacer vida en su asociación de fútbol respectiva, y mantener compitiendo en los torneos locales sus equipos menores.
¿Ustedes creen que este fútbol venezolano, que cada vez tiene menos afición en sus tribunas, casi imposible de comercializar para radio o televisión, y con la inflación que azota al país, puede soñar con tener clubes que manejen canteras al estilo de los mejores países del mundo?, ahí les dejo la pregunta, y cada uno de ustedes piense su respuesta.