Franco Rizzi cuenta su historia

Franco Rizzi junto a su mejor amigo Daniel Nikolac, lamentablemente fallecido

Ricardo Cabrera

Aunque han pasado los años, y cualquiera creería que no vale la pena hablar o escribir del tema, uno de los principales involucrados, y quien siempre ha llevado esa “espinita clavada”, aceptó nuestra petición y quiso hablar, contar palabra por palabra su historia.

Es Franco Rizzi, quien junto a su amigo del alma, el recordado Daniel Nikolac, fueron dejados fuera de la selección de Venezuela, y no vueltos a convocar, por pedir el pago que consideraron los dos  (y también sus compañeros de selección) el más justo por participaren tres eventos internacionales vistiendo los colores de Venezuela. Que sea el propio Franco Rizzi quien hable:

Ricardo, lo que sucedió fue lo siguiente, ni yo ni Nikolac éramos los cabecillas para la petición que hizo el grupo, éramos de los más jóvenes y menos experiencia en la selección,  en un grupo que escuchó a Lázaro Candal, que era el empresario que manejaba la selección para esos eventos, y al presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel, cuando se reunieron con nosotros en el hotel de Montalbán donde nos habían concentrado, y nos hicieron el ofrecimiento de lo que nos iban a  pagar, nos dieron unos montos que a ellos les parecían buenos, pero a nosotros no.

Nos reunimos aparte, y en la selección había un grupo de veteranos que ahora no voy a nombrar porque en el momento no los nombré, ya que no voy ni a ganar ni a perder con eso, en ese momento ellos eran los “caballos” de la selección, y fueron ellos los que decidieron que se pidiera más porque lo que estaban ofreciendo Lázaro y Esquivel era muy poco, ya que querían darnos lo mismo que le habían dado a los veteranos en el anterior premundial, pero además de que habían pasado unos años, esta vez había una gira por España, había una Copa América y un premundial, teníamos competencias para por lo menos cuatro meses de concentración.

Ellos decían que era irrisorio, era muy poco porque era una gira a España, era un compromiso importante como una Copa América y un compromiso súper importante como era el Premundial. ¿Qué pasó ahí? Nos reunimos, los de más experiencia expusieron su punto de vista y dijeron que no, ni iban a aceptar eso, sino que pedían más. No sé en este momento cuánto era el monto y no sé cuánto fue la diferencia que nosotros pedíamos, pero creo que era el doble de lo que nos ofrecían.

Entonces todos estuvimos de acuerdo y yo, joven al fin, pensé que está bien, eso nos lo merecemos y en la Selección están los mejores y la Selección merece buenos hoteles, merece buenos uniformes, el trato tiene que ser A-1.

En esa época, en la anterior y siempre, porque si tú vas a representar a un país, tienes que tener lo mejor. Bueno, y se discutía eso. Y el premio, por supuesto, que era lo más importante y eso fue porque, bueno

Los jugadores más veteranos, como te repito, decidieron eso, se votó, todos estuvimos de acuerdo, pero a la hora del té, como se dice, todos se echaron para atrás, todos menos yo y Daniel Nikolac.

De verdad que no sé quién o quienes llevaron la voz cantante a la hora de hablar con la federación y el empresario, si fue ron tres o cuatro, los más fuertes de estos veteranos, no fuimos ni yo ni Nikolac, pero a estos les dijeron que no, ya al final lo supimos y ellos empezaron a echarse para atrás, porque Esquivel empezó a llamarlos uno por uno.

A mí también me llamó para ir a la Federación, yo fui y en su oficina me dijo estas palabras: “carajito te vas a joder si no firmas, porque aquí han firmado ya la mayoría”, y  la mayoría eran todos ellos.

Y bueno, hubo un partido contra Perú en San Cristóbal, nos convocaron a todos, pero yo y Nikcolac no fuimos, eso fue antes de viajar a España, cuando ellos regresaron de San Cristóbal me llamó Carlos Horacio Moreno, que era el técnico, y me dijo que fuera para el hotel, porque me estaban esperando.

Yo lógicamente fui, pero sin equipaje, fui a ver qué pasaba, estaban en el hotel La Salle,  bajando de La Salle de la Colina, ahí estaba Lázaro Candal y la Junta Directiva de la Federación almorzamos todos en el restaurante y luego cerraron las puestas para una reunión con la Federación y Lázaro Candal, nos dijeron muchachos, hay esto, y esto, y esto, y las palabras de Lázaro Candal y de Esquivel fueron las siguientes “el que esté de acuerdo, bien, y el que no, lo diga ahora o si no que calle para siempre”.

Daniel Nikolac no estuvo en ese llamado para el Hotel La Salle, estaba yo solo de los dos que habíamos manifestado nuestra inconformidad siguiendo lineamientos de lo que se había acordado en la reunión con los “Caballos”, los más veteranos.

Al escuchar esto yo vi alrededor del salón y ninguno de los otros jugadores se levantó de la mesa, y me paré yo y en mi mesa había dos o tres veteranos, que me daban patadas por debajo de la mesa para que me sentara, no les hice caso, levanté además la mano y le dije, señor Lázaro Candal, discúlpeme pero uno cuando va para la Guerra tiene que ir resguardado, bien armado y asegurado, no con unas pistolitas, se me salió decir eso, yo era un muchacho de 22 años.

Entonces él me dice, ¿es que acaso ustedes no tienen seguro?, cada uno de ustedes está asegurado, y le dije, bueno, yo no estoy hablando de ese seguro, estoy hablando de lo que se habló en el grupo y lo que no se dio, y yo no sé por qué no se ha dado, y yo levanto la mano por eso.

Nadie me apoyó, y me senté pero con un nudo en la garganta, que tú no te imaginas y yo me dije para mí: bueno, estoy fuera. Los directivos se despidieron, dijeron que la programación la tiene el técnico Carlos Horacio Moreno, quien un poco después allí mismo se me acerca y me dice que Lázaro Candal está en el estacionamiento y me espera porque quiere hablar conmigo.

Lázaro Candal, amigo mío, de mi papá y de mi familia, que me conocía desde pequeño, que sabía quien soy yo y de donde venía, me dice, “mira, carajito, ¿qué te crees tú, Maradona?” y yo le digo, “no coño, señor Candal, le dije señor y todo, porque yo lo respeto, yo respeto a la gente, y le dije, señor Candal, con todo el respeto que usted se merece, usted me conoce muy bien a mí y a mi familia, yo no estoy pidiendo más que nadie, que los demás no, me interrumpe y de nuevo me increpa “que te crees Maradona, que es eso, que te paras solo?”, y le respondo yo “no, yo me paro porque hubo un acuerdo”, y le expliqué que hubo un acuerdo anterior entre todos, entonces le dije… “O sea, una cosa, señor Candal, los Judas están allá arriba, le quise decir que los jugadores que hablaron paja, que querían más, están allá arriba en las habitaciones. Yo apoyé esa causa y yo me mantengo. Y me dice “pero es que tú eres joven, tú eres un carajito”. Bueno, lo que sea, le dije, lo que sea, pero sí tengo dignidad y tengo palabra, esas fueron mis palabras.

No me dijo nada, ni chao, ni nada, salí, tenía mi carro afuera, agarré y me fui, me fui por los lados del teleférico a llorar solo, porque sabía que estaba excluido de la Selección.

Luego Lázaro llamó a mi papá y le dijo que hablara conmigo y me convenciera para que aceptara, pero mi papá le dijo que él respetaba mis decisiones y no se metía en eso, mi papá lógicamente no me apoyó porque él quería que yo estuviera en la selección, que siguiera haciendo carrera con la selección, pero respetó mi decisión.

Después a todos esos compañeros, lógicamente, los vi en el campeonato local, había un compañero mío de equipo, y ¿qué iba a hacer?, ¿qué iba a hacer si yo tenía 22 años?, tenía que seguir para adelante. Gracias a Dios estaba en el Club Sport Marítimo, que por lo menos estuvo en Copas Libertadores, y también fui refuerzo del Táchira en una Libertadores, pero fui vetado hasta hoy en la Federación, después monté mi escuela y también me ponían trabas, Noel Sanvicente me quería con él en la Dirección Técnica de la selección, y tampoco se lo permitieron, fuero muchos años de maltrato, tan solo por mantener mi posición, como también pasó con mi amigo Daniel Nikolac.

Hay que estar claro que en esa época como antes como hasta hoy en día, salvo unas pocas excepciones, el fútbol no te da para comer, siempre hay que hacer o ser algo más, y en mi caso que viví en carne propia toda esa situación, siempre luché no por ganar más dinero, sino por ser el mejor en mi posición y ya está, y tú sabes que ser excluido de la Selección a los 22, 23 años es un trauma para cualquiera, cualquier jugador joven se frustra, pero yo seguí adelante, tenía por delante una carrera en la Selección, pero no me permitieron alargarla por defender mi posición y pedir las mejoras que un futbolista profesional merece. Esa es mi historia.

Quiero dejar claro que nunca busqué ningún protagonismo, ni nada de eso, simplemente mantuve mi posición, porque entendía y entiendo que para todo el grupo las mejoras tenían que ser sí o sí, porque en todas partes del mundo, no importa la época, los de la selección, los que representan a un país siempre están bien tratados, bien remunerados, bien vestidos, en los mejores hoteles, las mejores comidas, por supuesto, el mejor trato, y eso es lo que siempre yo luché, yo luché, inclusive en mi equipo, yo lo luché siempre con los directivos, me tocaba hablar, recuerdo en varias copas libertadores que por los premios me tocaba hablar y yo decía que era irrisorio a veces lo que proponían, quizás porque a lo mejor no tenían mucho más, pero había que hacer un esfuerzo porque nosotros como jugadores y protagonistas del espectáculo hacíamos el esfuerzo y doble, siempre luchar por la dignidad del futbolista y eso me lo enseñó ese momento, la ocasión, esa época, y no tengo nada en contra de nadie, si los que se echaron para atrás lo vieron bien así, es porque lo pensaron o porque querían seguir dentro, yo quería seguir dentro pero bien, no pasando calamidades ni lamentándome y diciendo que por qué no lo hice, porqué no hablé.

Te voy a decir algo importante y quiero que esto quede claro de verdad y esto se lo transmito a mis hijos y mis hijas, se lo transmití hasta a mi mejor amigo que fue Daniel Nikolac lamentablemente fallecido, y a quien tengo siempre presente. Uno tiene que luchar Ricardo, no importa el trabajo en que estés, no importa lo que tú representes, sea futbolista, sea político, sea militar, sea lo que sea, cuando tú quieres algo y estás en contra de algo por cualquier motivo que sea, tiene que ser desde dentro, cuando estés activo y arriesgues algo, en mi caso la carrera, yo no puedo pelear ahora, que no tengo nada que ganar ni que perder, de verdad, no tengo nada que ganar porque mira, todo lo que tengo y lo que he hecho con el esfuerzo que me enseñaron mis padres y mi familia y he arriesgado muchas cosas, en mi vida personal he arriesgado muchas cosas, la he perdido y he ganado.

En el fútbol también he perdido muchísimo y he ganado, pero siempre desde dentro, siempre con mucha responsabilidad, con errores y virtudes pero con responsabilidad, pero siempre desde dentro, si busco algo y quiero conseguir algo tengo que estar dentro, dentro o viviendo de eso.

Yo siempre lo dije, el futbolista tiene que pelear siempre, hoy en día el fútbol o siempre el futbolista tiene que pelear desde adentro, no podemos ser los ex, los ex no vamos a hacer fuerza para arreglar el fútbol, los que sí pueden arreglar el fútbol son los que están adentro y no hablo solamente de los jugadores, hablo de los directivos, hablo de los presidentes, hablo de los delegados, de los masajistas, de los doctores, de los médicos, de todo lo que conforma un equipo o un club de fútbol.

Hoy no lucharé como luché ese día, jamás, y no arriesgaré nunca lo que arriesgué ese día, pero eso sí quiero dejarlo claro, el que pelea tiene que estar dentro a todo nivel, el que pelea porque lo siente y lo sufre y lo padece, o sea el que está adentro es el que tiene que luchar, es el mensaje que sí quiero dejar bien claro.