El «Pollo Ronco Sandoval fue todo un personaje de nuestro fútbol
Ricardo Cabrera
En nuestro fútbol, a lo largo de toda su historia no contada y muy poco recordada, han existido infinidad de personajes que dejaron huella, que tocaron a mucha gente por su forma de ser y lo que aportaron en su paso por el fútbol, pero que no han tenido la suerte de que algún escritor, investigador, comunicador o historiador se interese en dar a conocer su verdadera historia y su aporte, y por eso se van olvidando con el pasar del tiempo.
Sin ir muy lejos tenemos nombres como los de Adolfo Castro “Castrín”, José María Bisbal, Isidoro “Pescaíto” Rodríguez, Luís Napoleón Volpe, Pedrito Pérez el que masajeó a todos los futbolistas del país en más de 30 años y del que nadie ha escrito ni una letra, u otros menos conocidos, y no por eso menos importantes, como el profesor Ben, el veterano guayanés de El Callao que los mediodías entrenaba a cualquier ucevista que quisiera en el gramado del Olímpico, el gran “Cuchillo” Dugarte, el negro Foreman, el profe Jair Dos Santos, el gordo Yeny y otros que siempre veíamos en el Olímpico en los años de la Liga Universitaria de Fútbol. Poco o nada se sabe de ellos hoy en día, y ojalá en algún momento se les haga justicia contando sus historias.
Hay otro personaje que como jugador primero, luego como formador, entrenador desde categorías pequeñas hasta jugadores profesionales, como dirigente, gremialista, comerciante de pinos importados en época de Navidad, y muy especialmente en rol de comentarista en los medios de comunicación, siempre hizo bulla, dejó su huella y supo ganarse el cariño, el respeto y la admiración de todos los que lo conocieron y trataron, el gran Francisco Sandoval.
Claro que si lo llamamos de esa manera pocos lo conocerán, pero si escribimos Francisco “Pollo Ronco” Sandoval, todos los que de una manera u otra tuvieron que ver con nuestro fútbol de los últimos 50 años, lo recuerdan y reconocen.
Nunca pudimos saber quién o quienes le pusieron su apodo de “Pollo Ronco”, pero de sobra se sabe que así se le denomina a la persona de voz gruesa y ronca, como siempre fue la del señor Sandoval, una voz muy característica y con la cual nunca pasaba desapercibido.
Antes de hacer este trabajo nuestro director, Luís Vidal, solicitó a todo aquel que quisiera hacer su aporte con comentarios o anécdotas del susodicho, lo hiciera, y con ese material, además de una bonita crónica que conseguimos en la nube, se redacta esta nota, que dejaremos abierta para que cualquiera que lo desee pueda escribir sobre el “Pollo” y acá lo agregaremos.
El propio Vidal escribió que “Francisco El Pollo Sandoval fue DT del Aragua , el Caracas y de la Vinotinto , locutor y comentarista , además de ser DT del Colegio Loyola por muchos años, a él le queremos brindar un homenaje porque fue un estupendo DT Formador, y fue de los pioneros del Colegio de Entrenadores de Fútbol”, tenemos unas bonitas e inéditas imágenes que nos proporcionó su hijo francisco, y al “Pollo” siempre lo recuerdo porque fue un guerrero y un gran hombre. Otro Uno de los mejores recuerdos eran sus entrenamientos físicos. Jamás olvidaré como nos hacía subir y bajar las escaleras de las tribunas. Un clásico era cuando se nos paraba encima de la barriga con sus tacos cuando hacíamos los trabajos abdominales”.
Guillermo Valdez, militante por años del Loyola Sport Club también dio su testimonio de nuestro personaje:
“Francisco el “Pollo Ronco” Sandoval , llegó al Loyola a mediados de los 70 , después de una muy breve pasantía de Walter El Cata Roque, se encargó de las categorías C, B, A y Juvenil, ganando varios campeonatos en la Liga Deportiva Estudiantil, mejor conocía como LIDES .
Pollo Ronco se caracterizó por ser más que un entrenador un amigo de los jugadores, charlaba, aconsejaba y no solo en el plano futbolístico sino en lo personal y familiar. Pollo Ronco fue un entrenador al que le gustaba que sus equipos tuvieran física, y por eso antes de tocar balón y hacer tácticas de juego , lo primero era hacer más de una hora la física, correr, estirar, subir y bajar gradas, etc, etc.
Recuerdo como anécdota, que siempre, antes y en el medio tiempo nos daba un guayoyo o un negrito para darnos ese plus de adrenalina para el cuerpo, siempre fue muy jocoso, hablador, justo y muy humano, también solía llamar a los jugadores los viernes para percatarse de que estuviéramos en casa reposando, y no de fiesta.
Sin duda que el Pollo Ronco fue alguien que dejó en muchos jugadores una huella y muchas enseñanzas, tanto en lo futbolístico como en lo humano, particularmente me enseñó mucho y siempre estaré agradecido de que fuera mi entrenador en el Loyola. Que Dios bendiga al “Pollo Ronco Sandoval”.
Por muchos de los que lo conocieron es recordada su vehemencia en la defensa de sus principios y lo que él creía, y en este particular se cuenta que el periodista peruano Jaime Baily estaba entrevistando a un periodista argentino, y eso lo han transmitido en Fox Sport, y ese señor prácticamente decía que Venezuela no era nadie y que no contaba en cualquier competencia futbolística. En ese programa el abría espacio para las llamadas, y no se sabe cómo el Pollo Ronco Sandoval llamó y salió al aire pidiendo vehementemente respeto al fútbol venezolano. Así era nuestro personaje.
A continuación colocamos un estupendo relato que involucra a Francisco “Pollo Ronco” Sandoval y a otro “vivito” (Como dicen los maracuchos) de nuestro fútbol de antaño, como lo era Julio César el “Poroto” Britos, fue publicado el domingo 24 de abril del 2011 por el periodista Claudio Silva Giordanelli en su estupendo blog “Los Cuentos del Fútbol”
“Arocha, “Pollo Ronco” Sandoval y “Poroto” Britos”
Autor: Claudio Silva Giordanelli
Fuente: Carlos Horacio Moreno
Corría el año de 1974, en el laureado Portuguesa de la década del 70, con Ricardo Moss, Carlos Horacio Moreno, Johnny Arocha, Ramón “Pocho” Echenaussi entre otros jugadores de calidad que le dieron grandes triunfos al fútbol venezolano e hicieron grande al Penta de Venezuela.
El técnico rojinegro de origen canario Isidoro “Pescadito” Rodríguez, recién terminada la cuarta fecha tuvo que abandonar el plantel por problemas personales. Entonces el equipo se quedó sin DT y el torneo era muy joven, había que resolver esta situación rápido, así que enseguida los jugadores se reunían con el presidente del club, el señor Gaetano Costa.
Costa entró al camerino y al estar todos reunidos exclamó: “Muchachos, ¿qué haremos ahora? Nos quedamos sin técnico comenzando la semana, En tan poco tiempo ¿dónde vamos a conseguirle un sustituto a “Pescaito” Rodríguez?”; entonces se adueñó del vestier un silencio sepulcral, intercambiado con una cara de incertidumbre de todo el plantel, donde nadie tenía la certeza de dónde ni cómo conseguir un técnico para un equipo que estaba llamado a ser de los candidatos al título para la época. Entonces el interrogante silencio se rompió con las palabras del arquero Johnny Arocha, “Señor Gaetano yo tengo la solución para este problema”, entonces el cancerbero pudo arrancar una sonrisa a Gaetano que también hacia las labores de gerente del Banco Ítalo Venezolano en su agencia de Acarigua.
Prosiguiendo Arocha “Yo puedo viajar a Caracas en mi carro y buscar a “Pollo Ronco” Sandoval para que se haga a cargo del equipo, pero necesito una cosa”, entonces el presidente dijo:
-¿Qué necesitas Johnny?
Arocha exclamó:
-Necesito que me dé libre el día miércoles para poder llegar con el técnico y hacer todos los trámites pertinentes.
Entonces vino la aprobación del máximo jefe:
-Bueno, Johnny hagamos algo, vete a Caracas esta noche y reúnete con Francisco “Pollo Ronco” Sandoval lo traes mañana y apenas lleguen vienen a mi oficina en el banco para finiquitar su vinculación al club, y tomate dos días para que puedas viajar a Caracas.
El Poroto
Días antes en el estadio olímpico de la Universidad Central de Venezuela jugaba el Deportivo Italia contra el Galicia de Caracas, en la grada del coso se encontraba el protagonista de nuestra historia, era uruguayo y llevaba por nombre Julio César Britos Vázquez, o mejor conocido en el ambiente futbolero como “El Poroto” Britos; dicho personaje había sacado campeón a Galicia en dos ocasiones, además como jugador defendió la camisa del Real Madrid en la época dorada de los 50, y por si fuera poco fue uno de los héroes uruguayos del tan recordado Mundial del años 50 donde los charrúas vencieron a Brasil y se consagraron campeones del mundo, en una gesta heroica mejor conocida como “El Maracanazo”.
Esa tarde servían café con un termo en la mano varios muchachos que cobraban y hacían el servicio de ir a servir la bebida caliente en el asiento de los espectadores de toda la tribuna principal. El Poroto llama a uno de los muchachos que trabajaban en el Olímpico y le dice:
-Mirá vos ¿Querés ganarte el triple de lo que vale el café?
– Toma este dinerito y decile al presidente del Galicia que el “El Poroto” Britos está sin trabajo.
Inmediatamente el Italia marcaba el primer gol del encuentro y el muchacho del Café muy cerca del presidente le sirve el café y dice: “No señor usted está equivocado, ese técnico no sirve para nada, allá abajo esta “El Poroto” Britos, piénselo bien, porque el uruguayo no tiene trabajo”.
La reunión en el Gran Café
Pero llega la hora de hablar de Johnny Arocha, que consiguiendo el permiso de Costa viajaba hacia Caracas manejando su automóvil desde Acarigua. Al llegar procede a contactar a “Pollo Ronco” Sandoval y fijan encontrarse en el Gran Café de sabana Grande, sitio muy frecuentado en aquellos días por personas importantes de la escena capitalina. Llegaba la hora fijada del encuentro en el atardecer caraqueño, y el golero del conjunto Llanero llegaba al local de Sabana Grande y entablaba la conversación con Sandoval:
-Vengo a ofrecerte para que dirijas a Portuguesa.
-Bueno, ¿Cuándo arrancamos para Acarigua?
-Mañana ya todo está cuadrado, llegamos a hablar con el presidente del club Gaetano Costa.
Entonces, en la mesa de al lado simulando leer el periódico del día y con una oreja en la otra mesa se encontraba “El Poroto”, entonces preguntó:
-Hola muchachos, ¿En que andan?
Arocha respondió:
-Profesor, el profe Sandoval va a dirigir el Portuguesa y nos vamos para Acarigua mañana.
Brito con picardía dijo:
– ¡Uuh! ¡Mirá vos!, que bien vas a dirigir el mejor equipo del torneo, con grandes jugadores, de mi parte te deseo toda la suerte del mundo “Pollo Ronco”.
Pasaron las horas y en el amanecer capitalino Johnny Arocha salió en su periplo de vuelta a Acarigua y llegó al mediodía, entonces se dirigió a la práctica de la tarde y al entrar al camerino dijo:
-¡Muchachos ya llegó el profesor Sandoval!
Entonces Carlos Horacio Moreno le respondió:
-Johnny pero si esta mañana el señor gaetano nos presentó a “El Poroto” Britos y entrenamos con él, hicimos el turno de la mañana.
Arocha no creía la noticia sorprendido:
-No, Carlos si “Poroto” estaba ayer en el Gran Café de Sabana Grande. Yo voy a hablar con el señor Gaetano, porque ustedes me están tomando el pelo.
Entonces al arquero del Portuguesa le fue confirmada la notica Julio Cesar Britos era el nuevo técnico del rojinegro.
Pero para explicar el episodio recopilemos: en el tiempo que no supimos nada del uruguayo después de hablar con Arocha y Sandoval, al terminar la tertulia en el Gran Café, Britos tomó camino al terminal de pasajeros y en el bus de las 9 de la noche salió a Acarigua, llegó a las 2 de la mañana y de inmediato se plantó en la puerta del Banco Ítalo Venezolano donde Gaetano Costa tenía su oficina.
Paradójicamente la residencia de Costa quedaba enfrente del Banco Ítalo Venezolano, del cual este era gerente, y a las 8 de la mañana cuando bajó a su oficina lo recibió una persona en la entrada y le dijo:
-Buenos días, Mucho gusto.
– Yo soy Julio César Britos, quiero ser técnico del Portuguesa.
-Fui jugador de fútbol en Nacional de Montevideo y el Real Madrid, Salí campeón del mundo en el Mundial del 50 con Uruguay, además como técnico gané varios títulos con el Galicia.
Lo cierto de esta historia es que el plan de Johnny Arocha no funcionó, Francisco “Pollo Ronco” Sandoval tuvo que devolverse a Caracas porque el puesto que venía a ocupar ya tenía dueño, y el gran vencedor fue Julio Cesar “El Poroto” Britos, que no pagó más café en el Olímpico, y consiguió trabajo dirigiendo de local en el estadio José Antonio Páez a uno de los equipos más grandes de la historia del futbol venezolano.