El día que una culebra petrificó a Milillo
CARACAS Trasformaba a todos los que osaban mirarla a los ojos. Para mirarla tenías que tener coraje, todo esto porque no poseía cabellos, sino serpientes. Estoy hablando de Medusa, un mostro mitológico que siempre ha trasmitido una relación amor y odio entre los amantes de estas historias. Su, mito siempre arrastró detrás de sí una imagen terrificante. Una situación similar la vivió José “Pino” Milillo, uno de los simbolos del Estudiantes de Mérida en los años ’80.
Este merideño es el único jugador que ha estado presente en los dos títulos ganados por el conjunto académico. Su talento es apreciado por todos los que tuvieron el privilegio de verlo jugar.
Milillo era uno de esos jugadores que cuando tomaba el balón era difícil de detener, pero una vez su talento se petrificó, pero no fue por culpa de Medusa, fue por una serpiente que se había metido al terreno de juego.
Esta situación que tiene como protagonista a Pino fue durante la pretemporada 1987-1988. En esa oportunidad el Estudiantes de Mérida visitaba el Estadio Ramón «Gato» Hernández para medirse a El Vigía. En ese entonces el académico era dirigido por Ramón “Pocho” Echenausi y había alineado a Milillo de extremo derecho.
“El profe veía que Pino se tiraba para el centro y el Pocho le decía: ¡Por la banda! ¡Sal por la banda! Y Milillo seguía por el medio. En una de las jugadas, lo paro para indicarle a Pino la jugada y en eso el profe se dio cuenta que había una tragavenado en la banda derecha. El susto del “Pocho” fue grande y comprendió porque Pino se tiraba por el medio. Después de eso retiraron la Culebra de la cancha, era una mascota que se había escapado de una de las casa aledañas al campo” nos cuenta Filippo Fabiani, que era el arquero del Estudiantes.
Esa fue una de las pocas veces que José “Pino” Milillo no fue una saeta en el terreno de juego.
De Fioravante De Simone
Coordinador y Editor Venezuela Fútbol