El día que Roberto Koening se pierde el Mundial de Argentina ‘78
CARACAS – El fútbol es un deporte exquisito, con grandes figuras de todas partes del mundo. En nuestro país, en los setenta había un centro delantero que era el terror de las defensas rivales. Su nombre es Roberto Koening, jugaba para el Maiderense de la Primera División.
“En 1977, me vio jugar el embajador de Austria, que era también uno de los directivos de la Asociación Austríaca de Fútbol, al ver mi nombre supuso que era de origen alemán o austriaco. Este señor envía un informe a Viena hablando de mis dotes como futbolista”.
En aquel entonces, el denominado “Das Team” tenía un buen equipo y Roberto Koening tenía la posibilidad de ser convocado gracias a su papá que era originario de ese país centroeuropeo.
“La Asociación Austriaca de Fútbol me convocó para entrenarme con la selección con miras al mundial Argentina 1978. Desde Viena enviaron la misiva en septiembre de 1977, lamentablemente llegó a mis manos en marzo de 1978. Yo le contesté a la federación por teletipo, ya que en aquel entonces no existía el fax. Les explique mi situación, pero ellos nunca entendieron esa situación: les parecía insólita”.
Ese año, la selección de Austria regresaba después de 20 años a un mundial. El “das team” comenzaría su periplo en el torneo enfrentando a: España (victoria 2 -1), Suecia (triunfo 1 – 0) y Brasil (derrota 0 – 1). Los austriacos pasarían en la segunda ronda gracias a la diferencia de goles. En esa ronda medirían sus fuerzas a Holanda (derrota 5 – 1), Italia (derrota 1 – 0) y Alemania Occidental (victoria 3 – 2, que pasaría a la historia como el ‘milagro de Córdoba).
Esa selección contaba en sus filas con un jugador como Hans Krankl (autor de 4 goles en 6 juegos disputados en el Mundial). Gracias a esa actuación, “el matador” como era apodado, sería fichado por el Barcelona. Los amantes del fútbol se preguntan: ¿Cómo hubiese sido ese tándem Koening-Krankl? Lo que, si sabemos, es que Roberto Koening llevó su olfato goleador al mundo de los negocios convirtiéndose en un exitoso empresario.
Fioravante De Simone