El día que la Diosa Fortuna le guiño a Chiquichagua
CARACAS – Si hay algo que siempre imploramos en los momentos más críticos de nuestras vidas, es a la diosa Fortuna.
Sabemos que era la diosa más caprichosa del Olimpo, y generalmente, se la asociaba a la buena suerte y la fertilidad. Era hija de, según algunos de Océano y Tetis, mientras que otros la hacían de la unión de Hermes y Afrodita o tal vez de Júpiter y Juno. La única cosa que es cierta es que cuando emprendemos un nuevo camino en la vida siempre pensamos que ojala tengamos suerte y consigamos nuestro objetivo.
Sabemos que esta diosas algunas veces nos guiñé el ojo, como le pasó en 1979 a Carlos “Chiquichagua” Marín.
Según nos cuenta este carismático ex defensor de nuestra selección nacional a los 31 años firmó el mejor contrato de su carrera luego de cubrir una vacante en un Juego de las Estrellas.
Nos expone que fue en el año 1978 en la ciudad de San Cristóbal. “Gracias a que Cheché Vidal fue apartado de la alineación porque fue sancionado por solidarizarse con Luis Mendoza que había sido apartado la noche antes por haber salido de la concentración. Esta situación ocasionó que el director técnico Jair Do santos me pusiera de central en la posición que debía cubrir Vidal”.
Ese día Chiquichagua, que en ese entonces tenía 31 años, no solo jugó un partidazo, sino que se llevó a su casa el premio de más valioso. Esa performance hizo que el Deportivo Táchira se fijará en él para tenerlo como refuerzo para la Copa Libertadores del año siguiente.
“Con los aurinegros firmé el mejor contrato de mi carrera profesional. Cosas de la vida. Jugué titular un partido que no estaba programado y terminó arreglándome la vida”.
Como habíamos dicho al principio de esta nota, Fortuna era una deidad que presidía en todos los acontecimientos y distribuía, según su capricho, los bienes y los males. Afortunadamente para Chiquichagua ese día esta deidad del Olimpo estaba en los graderíos de Pueblo Nuevo.
De Fioravante De Simone