El Daniel de todos, nos dejó sus sueños
Carlos Dickson Pérez
Los últimos tres días de mayo, fueron un aluvión de solidaridad.
La comunidad futbolística, esa que parece quebrantada por los encontronazos y las pugnas, tuvo una enorme coincidencia en sentimientos.
Daniel Nikolac, el rebelde soñador, el frenteador que siempre iba por la calle del medio, como la vez que desafió a los mandamases del fútbol venezolano, estaba jugándose el partido más difícil de su existencia.
Una delicada intervención quirúrgica ponía en ascuas la vida del que fuera uno de los mejores porteros del balompié nacional, desde que apareció con el Mineros pionero en 1981, luego con Atlético San Cristóbal, y después con Marítimo, donde consolidó una de las performances más espléndidas en su carrera.
La selección Vinotinto, también lo tuvo por trazos, en tiempos en que todo era sacrificio para los más importantes, los jugadores.