Daniel Nikolac: “Entre líos,  palos y mecates”

 

*Daniel Nikolac fue el primer portero de Mineros de Guayana en 1981 en la segunda división. Protagonista de la primera gran gesta del fútbol venezolano, oro en los Juegos Centro Americanos y del Caribe en Cuba ’82.

Es difícil conseguir a alguien que no considere a Daniel Nikolac como el mejor portero salido del estado Bolívar. Tierra de hábiles jugadores de campo, el muchacho grandote, nacido en el seno de una familia croata, tuvo que resignarse a pararse entre los dos palos y no los tres que conforman un arco de fútbol.

El primer Cachamay que conoció el torpísimo defensa central,  tenía dos postes unidos por un mecate o cabuya que hacía de horizontal.

Eran tiempos, sin embargo, de un fútbol atildado, muy fino, por allá a mediados de los sesenta, en los que el ámbito bolivarense estaba impregnado por una figura de ébano respetada por todos. Daniel Nikolac creció admirando al “Niche”  Alexis Zamora, lo mejor que vio en cualquier época.

 

Las interminables caimaneras en el sector de Los Olivos, fueron tanto o más efectivas que los entrenamientos cronometrados en el Colegio Loyola, desde donde salió como infantil “A”, convocado por el entrenador Felipe Arzolay,  para colocarse el uniforme de la selección del estado Bolívar en un campeonato nacional.

Había visto sacar pelotas increíbles a Hilacio, uno más de la generación Da Silva, quien sería su primer referente en el oficio de cuidaredes. Cuando le tocó el turno, por una ausencia de un portero de la población de El Pao, nunca más abandonó el protagonismo, tanto en las canchas como por sus actitudes solidarias e irreverentes, cónsonas con su hogar de inmigrantes.

Daniel Nikolac fue el primer portero de Mineros de Guayana en 1981 en la segunda división. También fue copartícipe -convocado por Manuel Plasencia y Pepito Hernández, de la primera gran gesta del fútbol venezolano, ganador de la Medalla de Oro en los Juegos Centro Americanos y del Caribe en Cuba ’82.

Esta conquista no serviría de aval para evitar la carta de despido del equipo negriazul presidido por Donato D’Angelis y dirigido entonces por el uruguayo ex mundialista “Poroto” Brito. Nikolac fue promotor de una de las más recordadas y radicales huelgas, a raíz de cinco penosos meses sin cobrar.

Ni siquiera contó el sufrimiento de los amortiguadores de su valiente Jeep Willy que servía de transporte hasta para once jugadores del primer Mineros de Guayana, a quienes trasladaba divertido hasta la propia cancha del Cachamay, después de haber superado los barrizales aledaños a la maltrecha y montaraz instalación.

Con la carta de licencia se abrirían nuevos horizontes para quien luego de los Juegos Bolivarianos de Barquisimeto, sería requerido para la temporada ´83 por el Atlético San Cristóbal, una nueva divisa que pretendía hacerle sombra al apergaminado Deportivo Táchira.

PERSONALIDAD Y CARACTER

En tierras andinas, Nikolac comenzaría a labrarse su destino y a arreciar esa personalidad crítica sin ultranzas, en tiempos en que ser futbolista en Venezuela o seleccionado nacional era poco menos que una apuesta a la nada.

En 1986, Daniel Nikolac dio su salto más afortunado al fichar con el Marítimo de Caracas, llamado por el técnico Rafa Santana, con el logró construir una de las carreras más brillantes del fútbol nacional.

Los capítulos, en la defensa también eficiente del arco de la Selección de Venezuela, estarían contrastados por los sinsabores. En su búsqueda constante de la equidad y mejoras en el trato para los jugadores, terminó granjeándose, junto a su colega capitalino Franco Rizzi, la animadversión federativa que lo apartó de cualquier posibilidad de convocatoria.

Nikolac retornó en la temporada 95-96 a Mineros de Guayana y cerró con dos excelentes temporadas su ciclo. Una clasificación a segunda fase de Conmebol, eliminando al Independiente Medellín (Colombia), y un subtítulo como pasaporte a una Copa Libertadores, con el técnico Eduardo Borrero en el comando, refrendarían su calidad.

RECORDMAN

-Daniel Nikolac detentó  la mejor marca de portero sin recibir goles en Venezuela, con 992 minutos, durante la temporada ’87, con el Sport Marítimo de Caracas, dirigido por el uruguayo Alfredo López. Este registro apareció con 22 minutos menos (970) en las reseñas de la IFFHS, el Instituto de Historia y Estadísticas del Fútbol Mundial.

-Nikolac se convirtió en el primer futbolista venezolano con el mayor número de partidos consecutivos jugados: 72.

-Disputó 503 partidos en la primera división del fútbol nacional

Por: Carlos Dickson Pérez