“Chiquichagua” Marín, un pelotero que se convirtió en los mejores defensas
CARACAS – Carlos Marín es uno de esos jugadores que dejo de un lado ese sueño de ser Grande Liga, para convertirse en uno de los mejores defensas venezolanos. “Chiquichagua”, como le llaman sus amigos hasta los trece años se destacaba en el diamante como campo corto. En aquel entonces, vivía en La Guaira, en los Bloques de la Prolongación 10 de Marzo, actualmente reside en el estado de La Florida, en los Estados Unidos. En una conversación muy amena y jocosa, este estelar jugador nos habló de su trayectoria como futbolista.
“Yo me inicié en La Guaira, de chamo mi primera disciplina fue el béisbol. Recuerdo claramente que en el bloque frente donde yo vivía estaba un amigo, Frederic Elie. Un día, yo tendría unos 14 años lo ví jugando fútbol en el colegio y entonces me dijeron que jugara con ellos, me interesé y me quedé viéndolos. De ahí me entusiasme por ese deporte y debuté en el equipo del colegio Santiago Apostol”.
Esa transición del béisbol al fútbol le llevó un tiempo. Pero gracias a esa caimanera junto a los amigos le bastó a Carlos “Chiquichegua” Marín para que se dedicara a perfeccionar sus habilidades con el balón.
“Estuve un año y medio aprendiendo a jugar fútbol. Ya en el equipo del colegio Santiago Aposto logré desarrollarme rápido. Nosotros nos entrenábamos en la cancha de voleibol del colegio y después los fines de semana nos íbamos a jugar contra los otros colegios como el Loyola y otros más”.
Gracias a ese don con la pecosa fue convocado a la selección del Distrito Federal, equipo que se alzó con el título en el campeonato Nacional en Guanare en 1968. Su calidad como defensa lo llevaron a dar el salto al profesional siendo muy joven.
“Un día mi amigo Celso De Oliveira (Q.E.P.D.) me dijo que fuera a probar para el proefsional con el Galicia, pero ese era un equipo que tenía muchas deudas y no pagaba. Así es como Federic me dijo que me fuera al Deportivo Italia. Allí comencé a dar mis primeros pasos en el profesional y fue donde viví mis mejores años, aunque no puedo negar que también disfruté mi paso por el Portuguesa”.
Y como dice una famosa locución en latín “Carpe Diem” (aprovecha el momento), el joven de La Guaira jugó en Primera División junto a su amigo y mentor Frederic Elie. Nos cuenta de una manera jocosa que ese primer día se llevo los zapatos en una bolsa de papel, de las que daban los supermercados en ese entonces. “No sabía donde quedaba el estadio, me costó encontrar el recinto, no conocía bien la ciudad”.
El 3 de marzo de 1971, con la camiseta del Deportivo Italia derrotaba 0-1 al Fluminense en un juego válido por la Copa Libertadores. En ese entones el «Flu» era dirigido por Mario “Lobo” Zagallo, que el año anterior se había titulado campeón del mundo como jugador con Brasil en el Mundial disputado en México. A su vez, el Fluminense era el actual campeón de la liga brasileña.
“Antes del partido, el presidente del Palmeiras nos ofreció $500 a cada uno si ganábamos al Flu. Al final del partido ese hombre se apareció contento con una bolsa de dinero y repartió el premio acordado a los jugadores. Aparte de lo histórico del resultado, nos cayó bien porque necesitábamos esa plata. Era un dineral para la época.”
Uno de los protagonistas de ese cotejo fue el portero de los itálicos Vito Fassano. El defensa del Italia “Chiquichagua Marín” describió el cotejo y la performance de su compañero de la siguiente manera: “Nos van a hacer diez, pensé. Ni me entusiasmé en darle un abrazo a Tenorio que había marcado el primer gol del encuentro de penal y que a la postre fuera el decisivo, nadie lo felicitó. Colocaron el balón en el centro y comenzó el aluvión. Nunca vi un arquero que tapara tanto como Fassano ese día. Rebotaron 3 o 4 balones en el palo pero en definitiva fue 0 a 1 y ganamos nosotros. ¡Fue algo increíble!”
El nativo del estado Vargas, debutó a los 18 años en la máxima competención continental para clubes. Llegaría a jugar como lateral derecho 10 ediciones del torneo.
“Chiquichagua” nos comenta que el fútbol venezolano siempre tuvo buenos jugadores. “En mi época, nuestro país contaba con una moneda fuerte y eso ayudaba a los clubes a traer grandes jugadores provenientes del extranjero sobretodo brasileños. Lamentablemente nuestro fútbol requería de muchas cosas. El tema estructural era grave, jugábamos en canchas de tierra y otras en mal estado, no existían las instalaciones, las comodidades que merecen los jugadores profesionales. Te cuento, en los entrenamientos teníamos las pelotas contadas”.
En la edición de 1977 de la Copa Libertadores, cuando defendía la camiseta del Portuguesa alcanzó las semifinales del torneo. Ese año el conjunto de Acarigua se midió al Estudiantes de Mérida y los peruanos del Unión Huaral y Sport Boys. Los rojinegros cerraron la primera ronda de manera invicta con 10 puntos fruto de 4 triunfos y dos empates. En la ronda siguiente de la máxima competición continental de clubes midió sus fuerzas al Internacional de Porto Alegre y Cruzeiro. Los venezolanos ganaron el primer juego 3-0 ante el Internacional, pero después perdieron tres de manera consecutiva quedando eliminados.
“Chiquichagua” nos cuenta que en esa edición de la Libertadores en el juego de ida ante Cruzeiro el delantero Joãozinho literalmente le “pintó la cara”. “En esa oportunidad, mis compañeros de equipo me «chalequearon». Yo les dije que en juego de vuelta me vengaría y así fue Joãozinho no vió luz en la vuelta. Perdimos 2-1 pero el no jugó con la misma soltura que en la ida”.
A lo largo de su carrera, Carlos “Chiquichagua” Marín vistió también la camiseta de la selección nacional. Participó en tres ciclos mundialistas. En 1977, vistiendo la camiseta vinotinto en un encuentro válido por las eliminatorias al Mundial Argentina ‘78 ante Uruguay y con el marcador en contra 0-1, Chiquichagua marcó el gol del empate en el minuto 37 del segundo tiempo, sentenciando La Celeste. El tanto criollo en el Brígido Iriarte significó el único punto de la vinotinto en la clasificación y con ese resultado dejó a los charrúas fuera de justa mundialista.
“Era muy difícil jugar en la selección. En ese entonces no había concentraciones ni nada, jugábamos partidos amistosos contra equipos locales, nos alojábamos en hoteles de pésimo nivel, no teníamos dinero ni para pasear en Caracas. En mi periodo con la selección di la vida en la cancha y nunca olvidare ese juego ante Uruguay. El técnico de la selección era el griego Dan Giorgiadis, que tenía como un mes al mando de la selección” – nos comenta “Chiquichagua”, agregando – “Tres días antes del juego nos llamó para darnos las alineaciones y cuando la vi estaba mal. Entre todos lo aconsejamos y reubicamos a cada uno en su lugar en el terreno de juego. Y para mi fue un día inolvidable anoté el gol que eliminó a Uruguay”.
En su carrera deportiva, Chiquichagua, compartió en el mismo equipo con jugadores como Frederic Elie, Jairzinho, Richard Páez, Omar “Pulpo” Colmenares, Vito Fassano, Luis Mendoza, Vicente Arruda entre otros. También retó a jugadores como Pelé y Franz Beckenbauer. Esto fue en un juego amistoso enfrentando al estelar Cosmo de Nueva York que se disputó en el estadio Olímpico de la UCV.
“De ese juego tengo un grato recuerdo. Como sabía hablar portugués comencé a hablar con Pelé. Y le pedí la camiseta. Apenas terminó el juego me la dio y me abrazo y después salió corriendo a los camerinos porque la gente se lanzo al terreno de juego luego del pitazo final del árbitro”.
Para Marín, es un preciado recuerdo la camiseta de una de las leyendas del fútbol mundial. “Cuando les comenté en el entrenamiento a mis compañeros que tenía la franela de Pelé nadie me creía. Me tocó llevarla al día siguiente para mostrársela a todos” nos cuenta entre risas “Chiqui”.
Uno de los juegos que “Chiqui” quisiera eliminar de su carrera como futbolista lo disputó el miércoles 14 de junio de 1972. En el estadio Belfort Duarte de Curitiba, durante la Copa 150º Aniversario de la Independencia de Brasil, Venezuela enfrentaba al poderoso seleccionado de Yugoslavia. Los balcánicos con una demoledora ofensiva desde el primer minuto derrotaron 10-0 a los criollos. A los 6’ el conjunto europeo ya ganaba 3-0.
Carlos “Chiquichagua” Marín también defendió la camiseta del Táchira y terminó su carrera jugando para el Valencia bajo las órdenes de Walter “Cata” Roque.
De los directores técnicos que Marín recuerda con mayor gratitud son Vladimir Popović, Pepe Hernandez y “Cata” Roque. Bajo las ordenes del entrenador serbio, ex jugador mundialista con la Selección de Jugoslavia y campeón Intercontinental con Estrella Roja de Belgrado como Director Técnico, llegó a ganar el premio de jugador del año en la zafra 1976-1977.
Luego de colgar los botines, “Chiquichagua” trabajo en un banco durante nueve años. “Un día, me ve mi amigo Arnout De Melo y me preguntó que hacía allí y me propuso trabajar en el mundo del fútbol. Después de su proposición trabajé con el Colegio Champagnant, también lo hice con un equipo de PDVSA. Llegué a dirigir un equipo de La Guaira de Segunda División, casí logramos el ascenso. Tuve una propuesta por parte de Walter Stipa para dirigir al Deportivo Italia, pero no quise no me sentía preparado. Para eso hay que estudiar y estar metido en eso. Después me vine a los Estados Unidos y dirigí un equipo de niños”.
Como todo sabemos, el fútbol venezolano ha cambiado desde la época en la que “Chiquichagua” jugaba le preguntamos su opinión. “Hoy la realidad es otra, la Vinotinto lo tiene todo, en cambio nosotros la pasamos muy mal. A veces me siento mal, nuestras condiciones eran muy diferentes” sentencia uno de los mejores laterales que ha pisado los terrenos de juego en nuestro país.
De Fioravante De Simone