Carlos Eduardo Gómez, un libero de lujo que sabía tratar bien a la pelota
CARACAS – Si le preguntáramos a un futbolista como es su relación con la pelota tal vez nos diría: “El amor a la mujer es el mismo que el amor que le tengo a la pelota. Hay que saber controlarla y enamorarla. Hay que cuidarla y guiarla con talento, ordenándole cuando es necesario hacer algo pero siempre manteniendo el control”. Un futbolista que sabía hacer esto con la “pecosa” era Carlos Eduardo Gómez.
Nacido en Carúpano, estado Sucre, en 1941. Carlos Eduardo se enamora de este deporte en el Colegio San Ignacio de Caracas en 1947. “¡En ese entonces no había entrenamiento! Si ahorita tenemos un futbol desordenado, en esa época no teníamos orden. Yo tenía 5-6 años. ¿Tú sabes?
Que el fútbol a esa edad es correr detrás de la pelota: ¡Es pura diversión! Nadie le daba a la pelota. Lo que si pasaba es que salíamos siempre con los tobillos hinchados”.
Carlos Eduardo Gómez, estudió arquitectura en la Universidad Central de Venezuela. Durante siguió a la perfección la cita latina de Juvenal: “Mens sana in corpore sano” dedicándose no solo a los estudios, sino también defendiendo los colores de su casa de estudio. Con la elástica tricolor participó en varias ediciones de los juegos Juvines. “Recuerdo que era un torneo muy competitivo y había selecciones muy buenas como la Universidad de Los Andes, la Universidad del Zulia, la Universidad de Oriente, la Católica Andrés Bello, entre otras. Había mucha calidad. Como la UCV estaba también en la Liga Amateur, requería de jugadores de la plaza. La Central tenía en sus filas jugadores como Ignacio Sanglade, Alí ‘cholito’ Tovar, Coquito Blanco, Miguel Sanabria entre otros. La última vez que la Central apareció y quedó campeón en la Liga Mayor, Sanabria jugaba con ellos”.
En el profesional, Carlos Eduardo Gómez jugó con el Loyola y el Italia. “Jugué con el Loyola, aunque no me considero loyolero de espíritu, pero si de colaboración. Yo me formé como futbolista en Mérida. Yo me gradué de bachiller en el Colegio San José de Mérida. Esa es la región que tiene el fútbol más hermoso de Venezuela, eso lo saben todos los jugadores de futbol. En Caracas jugué con un equipo de puros criollos en la Católica, era un equipo de puros criollos, allí estaban tres jugadores que nosotros les decía gerente Luis Mendoza, Guillermo Soto Rosa, Francisco Javier Ruesta y el papá de Mendocita, Luis Alfredo. El entrenador era Clemente Ortega. Ese equipo se disolvió porque seis de nosotros fuimos a los Bolivarianos de Barranquilla ”
En los Juegos Bolivarianos de 1961, la selección venezolana midió sus fuerzas a Panamá, Perú, Colombia, Perú. Los criollos comenzaron su andar en el torneo derrotando con pizarra de 6-2 a los canaleros. Ese 4 de diciembre de 1961 Carlos Eduardo Gómez anotó uno de los goles, fue en el minuto 76. Las otras dianas llevan la firma de Alí ‘cholo’ Tovar (21’ y 56’), Felipe Dieppa (67’), José Sandoval (78’) y Francisco Guaibol 67’. En su segunda presentación, la selección venezolana, caería derrotada con score de 2-1 ante Perú. En su presentación, ante los locales igualarían 2-2. Luego caerían derrotados nuevamente ante los incas, esta vez con resultado de 1-0. En su segundo juego ante Panamá, los criollos ganarían con resultado de 3-0. Finalmente en la última fecha perdería nuevamente ante Colombia con score de 2-1, en un juego donde la polémica estuvo presente.
Hay muchos juegos que Carlos Eduardo Gómez recuerda de su carrera deportiva, pero hay uno que si quisiera borrar. “Fue el que disputamos en Panamá en los Juegos Centroamericanos y del Caribe ante Antillas Holandesas y que perdimos 0-3. Llegamos cansado a ese juego. Nos convocaron 15 antes de la competencia y no nos preparamos bien. También fue culpa del calendario juegos cada dos días y la falta de rotación de los jugadores. Ese juego lo podíamos haber ganado con una mejor preparación. En esa selección teníamos a Antonio ‘Toño’ Marcano, Marcel Monte entre otros”
Entre los entrenadores que recuerda Carlos Eduardo Gómez están: el padre Joaquín Jimenéz, un padre jesuita que lo tuvo en su época de infantil, que según nos confiesa este arquitecto: “Si se subía la sotana, sabía jugar muy bien al fútbol y con los dos pies”. Otros de los dt que marcaron su carrera futbolera fueron el uruguayo Pérez Luz, su gran amigo Clemente Ortega y el “poroto” Brito.
Después de dejar el fútbol profesional, Carlos Eduardo, siguió jugando en la liga de veteranos, donde militó hasta hace un par de años. También se dedicó durante más 30 años a la docencia en la Universidad Central de Venezuela y obviamente a la arquitectura. Entre los proyectos que llevan la firma de este futbolista están el “Cubo Negro”, el IVIC, entre otros.
Cuando le preguntamos como ve al fútbol venezolano en la actualidad respecto a su época y nos confiesa. “¡Es bien complicado! Lo veo estancado respecto a como veníamos avanzando. Rescatar la historia del fútbol venezolano nos va a ayudar a sacar conclusiones y lo más importante será ver como lo vamos a hacer, para mejorar. Bajo la gestión de Richard Páez tuvimos un repunte impresionante. Yo dije: ‘por fin la selección está en manos de alguien que sabe de fútbol, Richard sale de esas selecciones que sufrieron en épocas anteriores. En ese momento contaba con jugadores de talento y oficio’. El avance fue tal que la selección cambio su nombre a vinotinto. Se veía en la asistencia a los estadios, en ese momento era masiva la presencia de fanáticos. En ese momento nuestra selección llegó a su máximo alcance, en la actualidad esta estancada y no quiero entender cual fue el motivo de la salida de Richard. Esa fue una perdida enorme para nuestra selección. La declinación de Páez y con la llegada de los otros entrenadores se notó en cambio en el campo y en las tribunas. El problema de esto no es del DT, no se le puede dar la culpa a ellos, ellos no elige a los dirigentes. Al entrenador hay que apoyarlo, eso no quiere decir que no hay que dar nuestra opinión en pro del crecimiento de nuestra selección y nuestro fútbol”.
De Fioravante De Simone
coordinador y editor
Venezuela Fútbol