Anécdota Richard Páez, los fríos honores de un Argentina-Venezuela
CARACAS – Oír el himno nacional es una gran emoción, algo especial que te hace erizar la piel. Pero hay casos donde la ejecución de este acto protocolar hace que te congeles en el terreno de juego.
En 1975, la Vinotinto estaba en Argentina para participar en la Copa América. La selección nacional fue insertada en el grupo A junto al combinado local y la tricampeona del mundo, Brasil.
El 10 de agosto, en la ciudad de #Rosario mediría sus fuerzas a la Albiceleste. El score en la Copa América era poco alentador para nuestra selección: 1 victoria y 6 derrotas, mientras el saldo de los goles era de 7 anotados y 25 encajados. Los chicos vestidos de vinotinto estaban petrificados solo con la idea de medir sus fuerzas a la selección de Argentina.
Como es de protocolo, primero resonó en los parlantes del estadio nuestro “Gloria al Bravo Pueblo”, Venezuela era la visita. Hasta aquí todo normal. Pero cuando fue el turno del himno argentino… La historia de este juego la cuenta el doctor Richard Páez, uno de los protagonistas en el campo. “Ese partido se disputo en el estadio Arroyito, al lado del rio Paraná. Nos llevaron con camisetas manga larga, pero por la tela traspasaba el frío. Los argentinos nos hicieron unos actos protocolares que duraron como 10 minutos ¡Los más largos e interminables de mi vida! Ellos estaban forrados con monos completos y nosotros con short y camiseta. Prácticamente, cuando inició el partido estábamos paralizados por el frio”. Ese día, la Vinotinto fue derrotada con marcador de 11-0 con goles de Killer (8’ y 41’), Gallego (14’), Ardiles (39’), Kempes (53’ y 81’), Zanabria (56’ y 64’), Boveda (80’) y Luque (85’). Afortunadamente, en el siglo XXI la historia cambió. Nuestros jugadores tienen una indumentaria más adecuada y una preparación física mejor.
Fioravante De Simone