Ali «Cholito Tovar un medio campista de lujo, un mariscal que fue estandarte de la Salle y la Selección Venezolana
CARACAS – La estrella holandesa Johan Cruyff dijo en una oportunidad: “Al fútbol siempre debe jugarse de manera atractiva, debes jugar de manera ofensiva, debe ser un espectáculo”. Esta frase describe a la perfección lo que hacía con el balón el venezolano Alí “cholito” Tovar.
Este futbolista nacido en Maracay el 11 de marzo de 1933 fue durante toda su carrera un guerrero dentro de la cancha. “El cholito” cuando jugaba decía: “A mí déjame la media cancha” y se la dejaban todos, compañeros y rivales. En esa zona del terreno de juego aplicando sus conocimientos de ingeniería comenzaba a construir las acciones de ataque hacia el arco contrario.
Para conocer mejor a este futbolista fallecido en Caracas el 15 de agosto de 1992 contactamos a su hijo Alí Tovar.
“Papá siempre estuvo pendiente de nostros y nos inculcó el amor por los deportes desde pequeños. Lo que si lamento es no haber podido ver más juegos de fútbol con él. Lo que si recuerdo es que siempre que veíamos un juego de Brasil, le gustaba mucho su estilo de juego, él decía ojalá que le metan un gol para ver buen futbol. Cuando jugábamos a fútbol siempre nos daba sus indicaciones y lo hacía desde la raya trabajando como asistente del entrenador”.
El “Cholito” comenzó a dar sus primeras patadas a un balón en La Salle Tienda Honda. En la categoría Infantil queda sub-campeón en 1945 y Campeón en la zafra siguiente. Gracias a su talento escala todas las categorías hasta llegar al primer equipo en la temporada 1951. Ese mismo año integra la selección juvenil de Venezuela. Con La Salle ganó los títulos en 1952, 1954 y 1955.
“Mi papá jugó con La Salle jugó casi toda su carrera desde 1951 hasta 1964, con algunos intervalos las que defendió los colores del Deportivo Portugués en calidad de refuerzo y el Deportivo Español en la zafra 1960-1961, con el primero de ellos se llevó el título. Él jugó en una época en la que no existían altos sueldos como ahora”.
Los comienzos de Alí Tovar en el fútbol fueron en el viejo campo de fútbol de la Avenida La Paz (actualmente está la estación de metro que lleva el mismo nombre), donde se formó bajo las ordenes de entrenador peruano Segundo Aranda a quien apodaban “el cholo” de allí que el pequeño Alí gracias a su apego con su mister se ganara el apodo de “cholito”, ya que jugaba muy similar al inca. Fue siempre titular en todos los equipos en los que jugó desde la categoría Infantil hasta la Primera División.
En la categoría máxima debutaría a los 18 años, en una época donde el futbol tenía millares de seguidores en Caracas. En aquel entonces los juegos entre La salle y el Loyola llegaban a meter 25 mil aficionados en el estadio Olímpico de la UCV. Desde el primer día, Alí Tovar se ganó el cariño de la hinchada.
Durante su carrera como profesional participó en la Serie Internacional donde enfrentó a clubes como: Madureira (Brasil), Ciclista de Lima (Perú), Benfica (Portugal), Valencia (España) y Sao Paulo (Brasil). En el juego ante el equipo brasileño, La Salle ganó 4-1 y Alí Tovar fue uno de los jugadores claves. Gracias a su talento, llamó la atención de los principales clubes europeos, uno de ellos fue el Valencia. El Cholito rechazó la oferta del conjunto español por amor a su país y su deseo de seguir formándose académicamente en Venezuela. El trabajo en la construcción de la represa del Guri, una de las principales obras construidas en nuestro país.
“El cholito cada vez que entraba a la cancha jugaba con alma, corazón y casta. Y si el árbitro le reclamaba su ímpetu, el mismo se encargaba de decirle al juez que estaba equivocado. Y es que quería ser siempre ganador, aun perdiendo. La derrota no la admitía ni la justificaba, sin importar que el rival fuera superior. Porque para mi papá la derrota siempre tenía un culpable: el técnico, la mala suerte o cualquier circunstancia nacida de su expulsión por no aceptar la injusticia del contrario, por una mala entrada o una equivocación del linier. Era un guerrero que siempre defendía a sus compañeros ante la injusticia. En la cancha luchaba por cada balón, no daba ninguno por perdido lo hizo hasta los 59 años, una semana antes de morir”.
Según lo describen los recortes de prensa de la época Alí “el Chilito” Tovar jugaba con una serenidad pasmosa, con una clara concepción de la jugada, con un sobrio toque de balón. El Cholito juego tras juego se perfilaba y se asentaba cada vez más como una estrella en su posición. Pasaba la pelota por donde es más fácil y por donde hace más daño al adversario. Sabía llevar la delantera con tino y sin apresuramiento.
El nativo de Maracay tuvo el honor de ser integrante de la selección de Venezuela, que en México disputó el Campeonato Panamericano, y donde un mal fallo les privó del segundo puesto. En ese torneo estuvo frente a frente con figuras reconocidas de la época como lo eran los argentinos Sanfilippo y Menéndez.
En las temporadas 1955 y 1959 fue considerado como el mejor valor venezolano en nuestro fútbol. En las temporadas 1957 y 1958 fue miembro del All American Intercollegiate. Igualmente esta en la lista de los mejores goleadores con 7 goles con la selección de Venezuela.
Gracias a su personalidad y entrega se ganó el respeto de sus rivales. Iba siempre de frente y cuando contrastaba a un adversario: “O pasaba el balón o pasaba el rival. Los dos al mismo tiempo no pasaban”. En la época en la que jugaba el cholito la mayoría de los conjuntos tenían jugadores extranjeros.
“Mi papá me cuenta que una vez en un juego contra el Portugués no nos lograban derrotar y comenzaron a recurrir a las faltas. Al finalizar el cotejo mi padre estaba tan molesto que fue a buscar a su rival que le había dado patadas durante los 90 minutos”.
Así era la personalidad de Alí “el cholito” Tovar un jugador que no solo luchaba por sus derechos sino por el de sus compañeros. Era el que menos entrenaba por respeto a sus estudios. Las prácticas eran en horas universitarias, pero, a la hora de jugar era el que siempre llevaba la voz cantante.
Su misma personalidad explosiva lo llevó a estar sancionado muchas veces. Esas suspensiones lo llevaron a colgar los botines de manera anticipada en 1964. Sus palabras en ese entonces fueron: “Me han suspendido por el resto del campeonato basados única y exclusivamente en que antes del incidente que produjo el castigo me había sido enviada una carta en la cual decía que de ser retirada mi ficha nuevamente no podría jugar más en el certamen. Y eso no aparece en ningún código. La comisión de justicia se basa en esa carta y eso no puede ser. Debe ceñirse a un código de penas y si de acuerdo con sus reglas merezco dos años”. Con esas palabras Alí “el cholito” Tovar le puso fin a su andar en la Primera Categoría.
Después siguió jugando en la cuarta categoría de la Liga Metropolitana de Veteranos del ’70 al ’80 defendió los colores de La Salle. Del ’81 al ’92 se enfundaría la elástica del Loyola.
En el libro Selecciones de fútbol de Fernando Rios encontramos una anécdota del “Cholito”. Una noche La Salle jugaba un partido de importancia ante su acérrimo rival, el Loyola. Benitez Cáseres, entrenador del conjunto lasallista, reunió a sus jugadores en el camerino, ante del juego, para darles la charla técnica y las instrucciones a cada jugador. En el momento de dirigirse al “cholito” sacó de su bolsillo una tira de adesivo y se la entregó al jugador que tenía una pequeña molestia en el pie izquierdo.
“¿Es para vendarme el tobillo? – le preguntó Alí Tovar a su entrenador.
Y el técnico que no quería terminar el juego con 10 hombres le contestó : “No. Es para que te tapes la boca y no puedas insultar al referí”.
A lo largo de su carrera fue integrante de la selección nacional con la que participó en torneos como la Copa General Odría disputada en Perú en 1952, Juegos Bolivarianos de Barranquilla en 1961, Juegos Centroamericanos y del Caribe de Kingstone en 1962.
Asistió a los Juegos Nacionales de 1954 disputados en Valencia y a los Juegos Panamericanos de México en 1955.
En su palmarés personal están muchos galardones por sus meritos deportivos, en 1955 el Círculo de Periodistas Deportivos le dio el premio al futbolista más destacado del año. A nivel internacional recibió en el estado de Ohio el All American, distinción entregada por la American Soccer Association en la zafra 1957-1958. El Colegio La Salle le dio el Honor al Mérito gracias a su aporte en el ámbito deportivo en la institución academica. La temporada 1992-1993 del fútbol profesional venezolano se jugó en su honor.
“El Cholito” también trabajó en el mundo del fútbol a nivel gerencial fue vice-presidente de la Federación Venezolana de Fútbol desde 1972 a 1974. Mientras que desde 1989 a 1992 fue miembro del Consejo de Honor de la Liga de Futbol Profesional de Venezuela.
Fioravante de Simone
Coordinador/Editor
VenezuelaFutbol.-